Atunlo participa en el proyecto Biocenplas para el aprovechamiento de residuos orgánicos de la industria transformadora

 

Aprovechar los residuos orgánicos que genera la industria transformadora de pescado para obtener bioplásticos, y en concreto polihidroxialcanoatos (PHA). Ese es el punto de partida del proyecto “Biocenplas”, o “Biorrefinería centralizada para la valorización de efluentes del sector transformador de pescado en forma de bioplásticos”, liderado por Anfaco-Cecopesca.

Se trata de uno de los proyectos con financiación Next Generation que desarrollará el centro tecnológico, en este caso en conjunto con Cetaqua, Centro Tecnológico del Agua, e investigadores del Centro Interdisciplinar de Investigación en Tecnologías Ambientales (CRETUS) de la Universidad de Santiago de Compostela (USC).

El objetivo de “Biocenplas” quiere demostrar que el empleo de biotecnología, efluentes residuales y subproductos que se generan en la industria transformadora de productos del mar, cuyo tratamiento supone un coste económico y social, son potenciales materias primas para la producción de materiales biodegradables aplicables como sustitutos del plástico tradicional.

Atunlo es una de las empresas que forma parte del proyecto junto a  Nueva Pescanova, Pescados Rubén, Ignacio González Montes o Mejillones Nidal.

Para obtener bioplásticos a raíz de estas materias orgánicas,  en una primera fase se convierten en ácidos grasos volátiles, que son el alimento del cultivo microbiano y permiten acumular el biopolímero en el interior de las células microbianas. Dicho biopolímero, una vez extraído de los organismos microbianos, será convertido a un bioplástico para ser utilizado como material alternativo a plásticos convencionales de amplio uso en alimentación como el polipropileno (PP) y polietilenos (LDPE y HDPE).

Anfaco-Cecopesca recuerda que en la actualidad ya se están generando PHA de otros subproductos como los agrícolas, esto es, a partir de carbohidratos; sin embargo, la novedad de “Biocenplas” es que se generarán biopolímeros a partir de corrientes más ricas en proteínas, con lo cual, la composición final del biopolímero será distinta y por tanto sus potenciales aplicaciones.

El proyecto cuenta con un presupuesto total de 810 000 euros, de los cuales el MAPA y la UE aportan el 85,25 % del estudio. Se desarrollará a lo largo de 23 meses de trabajo.

Noticias adaptada de Industrias Pesqueras

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